sábado, 4 de septiembre de 2010

UNA TARDE CUALQUIERA




El lavavajillas se ha estropeado y un técnico acaba de llegar para cambiar una goma, bajo la atenta mirada de Golfo (Pepe, se ha escondido, como hace siempre con las visitas nuevas).

La puerta de la terraza está abierta y Golfo entra y sale, toma un poco de solito y vuelve a mirar a ver cómo va el tema (aprovechando si puede para robar algún tornillo que otro). Afortunadamente al técnico le hace gracia la situación.

Ahí está el hombre, agachado, colocando unos muelles (que ya se le han escapado dos veces, para divertimento de Golfo.. os podéis imaginar “anda porfa, tíralos otra vez”). Yo ando por ahí a mis cosas, cuando de repente.. oigo: “anda, pero tu no eras blanco y negro!!!” y se ríe…
Golfo COMPLETAMENTE NEGRO, la madre que lo parió, pero de dónde sales así??? “miiiauuu”, al técnico le da la risa, se despista, se salta el muelle y se corta con la puerta!; acto seguido recordé un sabio consejo que mi madre me dió el otro día “nena, tenías que tener aquí tiritas.. “, no tengo tiritas, así que el hombre se hace un apaño con papel del wc y un poco de cinta americana.

Le pago, y se va..

Cierro el dormitorio, porque claro, gato negro sucísimo y juego de cama blanco … tengo bien claro que en esta vida Murphy existe…

Resulta que Golfo, se ha metido en el falso techo del trastero de la terraza, por una tabla del techo que falta, las tablas son como de “forespán” y no son para caminar por encima..((aunque peses poco más que tres kilitos) ¿qué pasó? Pues que Golfo caminó, la tabla se rompió y tooooooodos los hollines acumulados allí durante más de 30 años y miiiles de tejados, cayeron encima de mis cosas! Y de Golfo.. por eso está tan negro.

Mientras pongo la bañera a llenar un poco con agua templadita para bañar a Golfito me desvisto y oigo un ruido. Salgo de la habitación y veo el pasillo lleno de “derrapes” negros y el baño….uf, madre mía, qué baño! Golfo se ha metido por su cuenta en la bañera, pero no esperaba que hubiese agua y salió despendolado poniéndome toda la casa perdida.

Cojo a Golfo, cierro la puerta, le corto las uñas y al agua nos vamos. No se quita!!! Lo aclaro y cambio el agua, le seco con una toalla, yo también tengo hollines ya, y la cortina de la ducha y toda la casa. Le enjabono un poco y me cuesta un triunfo aclararle al pobre, está muy asustado y abrazado literalmente con las patas de delante y las de atrás al cordón de la ducha! (ja ja ja qué estampa), me recuerda a unos muñecos que había cuando yo era niña que se llamaban “pitipinzas”… pobrecito. Decido abortar la misión porque creo que debería haberlo lavado con un buen desengrasante y no es plan. Le seco con una toalla y le dejo ir.

La foto de arriba es después de haberle dado un aclarón y un jabón.

Mientras tanto limpiaré el baño, el pasillo, mis hollines, los de la pared.. la porquería que ha salido de detrás del lavavajillas y la sangre del técnico.

Ahora que han pasado ya unos días, he descubierto que si le paso a Golfo la bayeta mágica de vez en cuando, vuelve a recuperar poco a poco su color blanco, … poco a poco.

5 comentarios:

  1. Este Golfete tan gamberro como siempre. Espero que el blanco le vuelva pronto.

    ResponderEliminar
  2. El macarra, el "kinki". Quería ser todo él negro aunque fuese por unos días.

    ResponderEliminar
  3. jajajaja!! auntentico el, y buenisimo el texto!

    ResponderEliminar
  4. Me encantan tus historias, me parto con ellas, algunas las he leído más de una vez y me siguen arrancando una risita feliz. En serio, los comentarios que pones en boca de tus gatos son totales, muy acertados todos. ¡No dejes nunca de escribir estas cositas sobre ellos! Un beso.

    ResponderEliminar